Quiero una caja para guardar los recuerdos
que hace tiempo que no uso y que ocupan
espacio en mi corazón y no dejan que entren
nuevos recuerdos...
Guardaré esa caja la Luna que veo,
que veo pero que está demasiado lejos como
la persona con quien se desea compartir.
La guardaré para que una Amelie la
encuentre, me busque, y me alegre
la tarde.
Guardaré los recuerdos de tardes en
playas de Marruecos. Guardaré Navidades
pasadas cuando los villancicos de mi
casa no sonaban nada más que en ella
porque no eran los típicos.
Guardaré el olor a café recién hecho
que entraba por la puerta del dormitorio...
Guardaré en ella los años de amores
secretos por miedo a decir que
me gustaban las mujeres.
Guardaré el primer beso, el último,
los que no llegué a dar, los que pienso
que llegarán a mis labios...
Guardaré caracolas, faros, mares...
Guardaré mi corazón en las noches
tan frías como ésta.
Guardaré una canción para los
momentos bajos, y un@ amig@
para los momentos buenos.
Guardaré retales de mi ser,
instantáneas de mi vida, para
tenerlas siempre a mano y no
olvidar nunca lo que soy.
Guardaré una Luna como ésta,
para bañarme en el Mar de los
Sueños de su cara oculta contigo...
Guardaré una tarde para pasear
por una playa desierta de tu mano.
Guardaré trocitos de un todo para
cuando no me quede nada.
Guardaré todos mi miedos, debajo
de todo, en el fondo, para que
no salgan más a la luz...
Guardaré mi corazón...
[Ítaca, 28/12/04]
NOTA: la Luna de la fotografía es como la veía Ítaca, desde una ventana, el día 26/12/04.
Anoche cenamos en casa de mi hermana. Nos reunimos allí la familia de su marido y mis padres y yo. La cena fué muy bien. Luego, los cubatas, algún villancico y la hora de los chistes. Allí estaba un tío de mi cuñado y sus abuelos. He de reconocer que había chistes buenos pero claro, siempre llegan la tanda de chistes que hacen hervir mi sangre, y son de dos temas en concreto: chistes de temas machistas y de "maricones". No, no me reí con ninguno de ellos. Claro, después soy yo la seria. El colmo de los colmos fué cuando el abuelo de mi cuñado dijo: "el hombre que es apañado en su casa, que no necesita de una mujer es que es maricón". Mi padre me miró como diciendo: calláte por favor, tengamos la fiesta en paz. Y es que a los padres también hay que educarlos, y al menos, en mi presencia, él ya no cuenta ni chistes machistas ni de homosexuales, entre otras cosas, porque le he dicho que se ríe no de ellos sino de su hija, y que si me quiere no debe fomentarlos. Entiendo que el comentario provenía de un señor de más de 70 años, sí, de otra época... Pero hasta su nieto se callaba, es decir, eso me hace suponer que piensa igualmente. Joder, pero si estando estudiando fuera he tenido amigos y compañeros de piso que nada tenían que envidiar a alguna mujer con la que he compartido piso. ¿Eran ellos acaso maricones? Encima usando esa palabra que me parece tan despectiva.
Esta mañana, cuando me he despertado, me he quedado en la cama, rumiando si hice bien en callarme. Y ya se me ha venido otros pensamientos. Y es que se llevan muy bien las dos familias, y supongo que en las navidades venideras nos seguiremos reuniendo, pues hoy, los mismos de anoche hemos estado en mi casa comiendo. Y me ha asaltado un gran interrogante, y es, que si alguna vez tengo una pareja estable, querré que comparta alguno de estos días conmigo en familia. ¿Cómo será la situación entonces? No sé si mi pareja o yo nos sentiríamos violentas, no te digo de violearnos en medio de la cena o comida, pero sé que alguna muestra de cariño siempre hay, incluso una mirada cómplice, cogernos de la mano, o un beso, aunque viendo el "percá" sería casto y puro. Me duele mucho pensar en que si alguna vez llegara ese momento tuviera que elegir entre mi familia y mi pareja. O celebrarlas separadas para que no hubiera discordias, ni malas caras, ni incomodidades por parte de nadie. Y esto me ha entristecido.
Otra cosa que me ha sorprendido hoy es descubrirme mis miedos. Tengo miedo, y hacía tiempo que no tenía esta sensación, esos nudos en el estómago, esos nervios. Pero bueno, esto lo ampliaré cuando tenga más claras las ideas...
FELIZ NAVIDAD
Espero que la magia de estos días, aunque haga años que puede que la hayas perdido, aparezca de nuevo, aunque sea por alguna grieta de nuestro amurallado corazón. Hoy echo mucho de menos a dos personas que murieron hace unos años, y que esta noche, hubieran sido feliz con las nuevas circunstancias familiares. Feliz Navidad a tod@s, creáis o no en la magia... [PD: la idea del árbol no es mía, lo he recibido y me ha gustado mucho].
- Despierto con el sonido del móvil de mi padre, corro los 100 m lisos y cuando llego se corta la llamada.
- Me da un leve mareo que achaco al cómo me he saltado de la cama y voy casi arrastrándome de vuelta a ella, para ver con desagrado que sólo falta un cuarto de hora para que suene mi despertador.
- Al meterme en la cama escucho cómo está diluviando fuera, incluso hay tormentas, y me dan ganas de tener a alguien en mi cama a la que abrazar.
- Suena el despertador. Me ducho. Y me vuelve a dar otro de esos mareos. Al cabo de 10 minutos me vuelve a dar, pero esta vez hasta con sudores fríos, me tengo que sentar y todo. Supongo que era una bajada de tensión o azúcar.
- He llegado tarde a trabajar. Mañana complicada. No para de llover y llego empapada a casa.
- Miro los número del sorteo de Navidad. El número que elegí en Sevilla ha salido entero, jeje, 100 entre 4 personas, bueno, menos da una piedra.
- Vuelta al trabajo. Intercambio de mensajes que me han parecido muy interesantes.
- Quedada para café con amigas que han venido de fuera. Veo a una amiga que vive en Dinamarca y está aquí para las fiestas.
- Me quedo sorprendida (felizmente sorprendente) cuando veo en un centro comercial de mi mini ciudad (pueblo??) a una pareja de lesbianas demostrando su "amol" en público, pero me callo y disimulo porque la amiga esta no sabe nada de que entiendo.
- Llego a casa muerta de hambre, ceno y me conecto.
- Estoy cansada. Hoy sólo ha salido un barco en todo el día por el mal tiempo que hace. Me preocupa que el día 7 de enero no salgan, pero intento no pensar en eso ahora...
El 19 de noviembre comuniqué que me esaba bajando la serie The L Word y que ya os comentaría... Pues bien, la verdad es que hace un par de semanas que terminé de verla entera. Aún con la incomodidad de ser subtitulada me enganchó mucho en un principio. La verdad, por otros blogs que he leido, las series o películas en los que salen mínimamente el tema del lesbianismo como que nos interesa (evidentemente), así que supongo que mi enganche es por eso, también por la curiosidad de ver qué opinan de nosotras o cómo nos representan. La verdad, los personajes están más o menos bien, sino fuera porque todas tienen una profesión más o menos increible (tenistas profesionales, empresarias, escritoras...), no hay ninguna pobre entre ellas, todas con unos cuerpazos esculturales, y lo dejaré en un etc... Otra cosa es que en cualquier sitio encuentran a otras lesbianas, no sé si de verdad Los Ángeles (ciudad donde se desarrolla) tiene ese ambiente lésbico, voy a tener que ir a comprobarlo. Ya tengo a mis personajes favoritas y a alguna que le he cogido cierta manía, lo que no sé es si decirlo, vaya que alguna quiera ver la serie y ya vaya predispuesta por mis comentarios de cada personaje.
Hay escena con las que me identifico, como por ejemplo la dificultad que tiene una de ellas en un episodio para saber si una chavala que le atrae entiende o no. Sí, es que yo, al igual que ese personaje, no tengo el "rádar" bien ajustado, jejeje. Y allá que van todas las amigas del grupo a ver a la chavala, a comprobar si entiende o no. Y es que me tuve que reír porque sé que mis amigas, aunque heteros, hacen lo mismo conmigo. Es decir, en estos 13 capítulos tocan muchos temas interesantes: miedo a las salidas del armario ante los familiares y trabajo; dudas entre bisexualidad o lesbianismo; problemas sexuales; infidelidades; problemas laborales; maternidad; dudas entre amistad y amor... (vamos a ver, como los de cualquier persona, tenga la inclinación sexual que tenga, ¿no?, pero es curioso verlo explicitamente). Aún así, tengo que decir que es "demasiado" americana para mi gusto, pero bueno, si tengo que puntuarla, le doy un 7. Las escenas de sexo sólo se ven en los primeros episodios, luego se vuelven más austeras o menos explícitas, no sé si es se arrepentirían o algo censuraron. Vamos tampoco quiero ver una serie porno, pero... ¿Qué más cosas? Que nada, si podéis verla y juzgar por vosotras mismas mejor. Si alguna quiere comentar (es que es lo que me gustaría, encontrar a alguien con quien comentarla más ampliamente, aunque ya casi lo he hecho con aguien a quien se la he pasado), ya sabe, que no se corte, que me escriba y la comentamos.
Creo que esto va a ser un post de esos de Cajón Desastre, es decir, que contiene de todo un poco...
Primero, el sábado terminé muy mal. Encima, mi madre se empeñó en que la llamara para pasarse por donde estaba yo de marcha con mis amig@s. Sí, se vino, me daba cosita decirle que no, pero... Mamá, unas cuantas cosas:
1. Mamá, el espacio físico de un pub a estas horas de la noche es ese, no más, por favor, baila acorde al espacio, no hagas esos ademanes y no me incrustes la copa ni tu mano varias veces en la cara, a mí y V. Hija, que parece que no has salido en tu vida, y eso no es cierto.
2. Mamá, por favor, no conozco a todo el mundo, esto no es guateque de los de tu época, así, que cuando se te acerquen los tíos para bailar, no lo hagas como si los conocieras de toda la vida, que casi me tengo que partir la cara con uno por guardar la dignidad de la familia.
3. Mamá, yo sé que tienes más marcha que yo y que tod@s mis amig@s juntos, pero por favor, no intentes convencernos de que nos subamos a la barra a bailar contigo...
4. Mamá, no me contestes a mi pregunta de si nos vamos ya con cara de como si pudieras aguantar 3 horas más, porque de verdad, además del ciegazo que llevabas (casi como yo en fin...), se te veía agobiada por los empujones y cansada. Joder, que nos acostamos entre una cosa y otra más tarde de las 5 a.m.
5. Mamá, sí, no me importas que vengas más veces conmigo, las que quieras, pero preferiría que fueras con Papá. Sí, Mamá, el día 24 más, y sí, dejaré que sigas diciendo que somos hermanas y no madre e hija, pero por favor, ese tío estaba más borracho que nada, quería quitármelo de encima, porque además, por si no lo recuerdas, soy lesbiana, no hace falta que me busques ningún novio, que sola puedo, y Mamá, mujeres por favor.
6. Mamá, te quiero mucho, solamente quiero que lo sepas, pero a veces, hay que seguir siendo madres e hijas, no me pidas que te cuente cosas que no puedo, o que en el fondo, no quieres oír, como si fueras una amiga. [Va referido a un mensaje que recibí a las tantas de la mañana estando con ella].
Más cosas. Tengo un cacao mental enorme. Por un lado, me estoy dando cuenta que las experiencias vividas pesan mucho, y que me han acobardado, me han dejado secuelas que no esperaba, y ahora, voy dando pasitos pequeños, tantos, que creo que nunca voy a llegar a ninguna parte así de lenta, pero es que no puedo ir más rápido por más que quisiera, que no sé si quiero tampoco. Miles de preguntas, miles de diferentes respuestas por cada una de ellas. Miles de sensaciones, miles y miles de todo un poco. No sé qué hacer, o si no hacer, o si dejarme fluir o... Ni idea. Me angustia no saberlo.
Joder, estamos a día 20 de diciembre y aún no he preparado mi postal virtual navideña. A ver si cuando termine de trabajar la hago y la mando via mail...
Y aquí estoy, dándole vueltas a la cabeza sobre qué ponerme para la comida de empresa de hoy, en pijama aún (con lo tarde que es ya!!), y con la cabeza llena de pájaros...
Estoy en esa fase en que te cuesta horrores expresar todo lo que se te viene a la cabeza, que parece un ordenador de la NASA, a no sé cuántos MHz va ya, escrutando todo este año, muchas emociones, experiencias, sentimientos... Y es que esto de hacer balance del año da miedo. Anda que no han cambiado las cosas Ítaca!!!! Y paseo por el borde de la copa de mi vida, saltando a veces por el filo, sin saber si caeré por fin dentro y me sumergeré en mi vida, o si caeré fuera y seguiré aquí pero sin estar...
Y entre copas, humos de tabaco, y risas falsas pasaré la comida de hoy. No es exactamente la empresa en que trabajo, pero sí es la empresa en la que seré socia dentro de poco... Je, 2005, año impar, y ya sabes Ítaca, los años impares siempre te son mejores que los impares, y parece ser que vas por fin a ser "empresaria". ¿Empresaria? No, creo que en el fondo no tengo el talante necesario para eso, soy demasiado impaciente y exigente, no, no soy como mi padre o como él quisiera que fuera. Ayer me dijo un trabajador que cuando llegué a la empresa todos me comparaban con mi hermana, "la niña de la sonrisa constante", y que a mí me veían muy seria. ¿Seria? Eso puede parecer la verdad, más bien borde, cortante. Pero vamos a ver, ¿cómo voy a llegar bromeando con la gente que trabaja para mí? Luego, cuando le llamas la atención por algo no te toman en serio. Además, que yo sepa ninguno es amigo mío para bromear. Joder, creo que nadie de mi círculo privado piensa que soy seria!!! Simplemente hay que "saber estar" en cada momento y en cada lugar.
Y así, aún no he dicho ni la mitad de las cosas que tengo en la cabeza... ¿Carpe Diem, Ítaca? ¿Quo vadis, Ítaca? Y la ciudad está vestida ya de Navidad, y te arrastra sin que tú quieras...
Me voy a ir prerando o no me va a dar tiempo... Besos, que hoy estoy tontita.
Llevo días dándole vueltas a una idea... Y es hacer una felicitación de navidad en un power point con algunas cifras del año 2004. Cifras no muy agradables, con alguna imagen acompañándola, para acabar con una foto mía diciendo que a pesar de todo eso, estas Navidades, por fin, después de casi 6 años, van a ser relativamente felices en mi casa, para mi familia, y que intentaré luchar y poner todo lo que pueda de mi parte para hacer del mundo un lugar mejor en este 2005, que los años impares son los míos...
Y de repente... la Tristeza. Es curiosa la vida, un día estás en lo alto del todo y al segundo sigueinte abajo... Simplemente me han confirmado la enfermedad de un amigo de la familia. Una de esas escasas personas que siempre han estado al lado de nosotros, para lo bueno y lo malo.
Últimamente no sé por qué le doy tanta importancia a lo que mis acciones pueden influir en las demás personas. El caso es que mañana es el cumpleaños de una persona que significó muchísimo en mi vida. Por un lado me apetece mucho felicitarla, es más, un mensaje diciendo FELICIDADES no creo que pueda ser malo, pero ya me da por suponer más de la cuenta. ¿Me apetece o no? Sí, me apetece, pero a la vez, no quiero que nadie se sienta obligada a responderme ni nada por el estilo. ¿Cómo hacerle llegar que simplemente es que le deseo lo mejor del mundo, la felicidad más completa? El problema tal vez no es que le dé tantas vueltas a las cosas, sino que me cuesta mucho pasar de las personas con las que caminé en mi vida, hasta que los caminos se bifurcaron. Los caminos son diferentes, pero yo sigo existiendo, con otros sentimientos, con otras experiencias, pero mi memoria es grande, y los recuerdos difíciles de borrar, por eso, por el tiempo que caminamos juntas, me apetece felicitarla, pero a la vez, no me apetece crear malestar alguno a nadie.
Aunque sea con unas horas de adelanto, al menos, le regalo estos versos de una canción de Bebe:
Esta tarde me han sorprendido mucho. He quedado con V para ponernos al día de nuestro puente. Le he contado una sensación que tuve estando en Madrid. Es una tontería. Simplemente es extraño, lo que a ella le parece casi costumbre o "normal" (cómo me fastidia usar esta palabra aggggg), nada especial, a mi me parecía un acontencimiento digno de mencionar y de recordar. El simple hecho de ir por la calle con las manos entrelazadas de otra persona, para mí es inmensamente fascinante (aunque he ido alguna vez así con mi pareja era diferente, yo me entiendo). A V le ha sorprendido que eso sea tan especial para mí. Y es que hay veces que una cosa tan insignificante como pasear de la mano de alguien con quien estás a gusto es infinitamente gratificante, y hace que se te olvide que una buena parte del mundo no aprueba ese instante de felicidad que estás viviendo.
A veces me resulta muy complicado enfrentarme con la inmesidad de un folio en blanco. Supongo que no sólo me pasará a mí, pero sí que es la primera vez que me enfrento a la blancura de un post sin una idea clara de lo que escribir, con muchas cosas que decir y las neuronas tan dormidas.
Debo empezar diciendo que estos ocho días han sido maravillosos. Inimaginables por un lado, fantásticos e inolvidables por otro, entrañables, divertidos, y así podría llenar líneas enteras de calificativos positivos. Lo único negativo es lo que se echa de menos a las personas con las que has compartido tanto en tan poco tiempo, reforzando así nudos y empezando a formar otros. Por cierto, otra cosa negativa es que me han pegado un dolor de garganta... pero vamos, todo sea eso.
Esta foto está sacada en Sevilla. Este es el primer grupo de amigas que tuve en mi vida, con las que viví mis años de adolescente. Una noche de estos días nos quedamos nosotras solas en casa (novios fuera, noche de chicas!!), arrebujadas en un sofá, con una copilla y un porrillo, hablando muchísimo (por fin terminé de salir del armario con la que me faltaba) sobre nuestras vidas. Vamos, que me siento pletórica, feliz, en una palabra, VIVA. La foto está publicada con el consentimiento de las fotografiadas, si os fijáis, somos bastante heterogéneas, ¿a que parecemos un anuncio de Bennetton? jejejeje.
En fin, que este puente será imposible de olvidar, desde la primera noche en Madrid hasta la última comida en Sevilla, en Santiponce, en los restos de Itálica. Ays! creo que necesito otras vacaciones para recuperarme de éstas.