mi pequeña isla

Me enamoro,me enamoras...

Hoy, de postre, me tomé una naranja. Mira que me lavé las manos, pero cuando llegué a la oficina, aún me olían a naranja. Me encanta ese olor, pero me recordó a ti, al poema que antaño te escribí, cuando comenzaba nuestra relación...

"Me enamoro de ti con cada segundo de día
que va pasando. Sí, me enamoro, me enamoras,
con cada paso que vamos dando juntas.
Me enamoro de ti con cada gesto tuyo:
cuando hablas, cuando esas palabras tuyas en
mi alma se clavan y van calando hondo en mi
corazón conquistándolo. Me enamoras con un
ligero pestañear, me enamoro de tus silencios,
en los que no sé dónde te vas, cuando no consigo
escrutar tu interior.
Me enamoras con cada chispa de luz que
desprendes, cuando me miro en tus ojos y
sonríes desde el interior de esa persona que
cada día me sorprende más, pues no podía
imaginar lo vasto de ese ser que no sé cómo
cabe en ese cuerpo que despierta todos mis
sentidos. En fin, me enamoro, me enamoras,
cuando pelas una naranja o te calzas sentada
en la cama; cuando me hablas de tiempos por
mí no conocidos; cuando te despojas de tus
muros y puedo contemplarte como un haz de
luz que ilumina mi amor. Me enamoro, me
enamoras, y estoy feliz de este amor que
me despiertas".

Ahora ya no me enamoran esas cosas. Algunas veces incluso me desesperan, y lo sabes. Ahora no me enamoras, ahora no nos enamoramos, ahora solo seguimos juntas creo que por inercia... ¿Dónde se fué todo el amor que crecía? ¿Dónde nuestros sueños de futuro? ¿En qué cama duerme la pasión que antes no nos dejaba dormir a nosotras? ¿Dónde se fueron mi paciencia y tu memoria? ¿Dónde podremos encontrarnos de nuevo? Hoy me has dicho que estás preparada psicológicamente para que te deje. Sé que no leerás esto, pero de todas formas te digo que no te puedo contestar de momento, pero yo no lo estoy ni para que me dejes ni para dejarlo, pero sé que tenemos que tomar una decisión, y pronto.

Elige el color

Elige un color, el que más te guste...

GIRASOLES

Así está mi vida, girando y girando, sin saber dónde ni cuándo se parará. Aunque últimamente el ritmo disminuye, se pausa... pero a veces me engaña, y sigue a continuación a toda velocidad... Pero cada vez más confiada, más yo que nunca... ¿podrá ser ese el problema? Estoy recapitulando mi vida en cada esquina de esta ciudad en la que sólo he pasado épocas vacacionales desde hace 7 años. ¿Será por eso que me ha dado rabia primero y ahora estoy más yo? En fin, estamos a mitad de la semana, y estoy VIVA, y cual girasol, sigo girando hacia dónde sale... no el sol, sino tu mirar...

Soñar despierta

Últimamente se me vienen muchos recuerdos a la mente, será porque de nuevo estoy en esta ciudad... Normalmente son felices, aunque algunos de ellos evocan a personas que salieron de mi vida (ahora me alegro) y que hicieron que entraran otras (biennnnn).

Pero lo que más me sorprende es el pensamiento que tuve hoy, mientras trabajaba, haciendo gestiones de bancos, etc... andaba por la calle, en mi mundo, típico en mí... y de repente, caí en que... NO HABÍA NINGÚN NIÑO/A POR LAS ACERAS!!! Y es que de pequeña, cuando por algún motivo no iba a clase a mi hora o no iba y no era fiesta, me fascinaba verme por las calles rodeada de adultos que caminaban ligeros la mayorías, mujeres con los carritos del mercado, sonidos distintos a los de por la tarde, donde las plazoletas a las que me solía llevar mi madre eran puro griterío, algarabía de voces de niños/as... Cuando en esas ocasiones yo invadía el terreno de los adultos era como una anomalía de matrix, jajajaja, yo me saltaba el guión, y pensaba en qué haría cuando fuera como ellos.... Soñaba despierta.
Hoy, era como los otros... (esta noche va de pelis, jejeje). Era una de "los otros", y busqué con mi mirada si había por la acera algún niño/a que no hubiera ido al cole y estuviera con su mami o papi... Pero no. Son curiosos los pensamientos que tenemos en la infancia... Se puede decir que soñaba despierta, pero... ¿acaso lo he dejado de hacer hasta hoy? No, y por eso, hoy, cuando buscaba a un niño/a, creo que me buscaba a mí misma, o al menos, a un resquicio de lo que fuí y que aún debe quedar en mí. Un beso.

RÉQUIEM PARA UNA DESPEDIDA

El día amanecía con la resaca y el buen sabor de boca de un día pasado muy bonito y alegre. Al cabo de pocas horas, una llamada de teléfono hizo brotar la tristeza de todas las rendijas posibles de nuestros cuerpos. Este poema va dedicado a tí, aunque fué escrito para otra persona, pero sé que a ella no le importaría compartirla contigo. Estés donde estés, que sepas que fué un placer haberte conocido, te dejo con una foto del puerto que te vio nacer, y cuyas aguas te recojerán de nuevo.

RÉQUIEM PARA UNA DESPEDIDA

De repente, me sentí
inundada de tristeza, tristeza
más terrible que el miedo.

Se durmió el colibrí en
su rama; la rosa cerró sus
pétalos, el río cambió su
curso, mi corazón quedó
en profundo silencio.

ITACA (29/9/96)

CONTRADICCIÓN

Mi vida gira y gira precipitadamente hacia la nada cotidiana... Hace unos seis u ocho meses, si me hubiuera pasado lo de este fin de semana hubiera sido la mujer más feliz sobre la faz de la tierra, en cambio, ahora... sólo siento contradicción, rabia, desencuentro... Mi pareja, me ha pedido matrimonio. Irónico, porque ni ella ni yo somos parejas para matrimonio. Además, claro, de ser lesbianas. Pero el hecho clave es que hace unos meses, sabiendo que terminaba la carrera, tenía que elegir entre irme a vivir a la misma ciudad de donde es mi novia o volver a casa. Ella, no me quiso presionar, no influyó en mi decisión, por más que le pregunté qué deseaba ella. Ahora, que decidí venir al culo del mundo, sabiendo todo lo que conllevaba esa decisión, ahora, justo ahora, quiere que deje todo y me vaya con ella, no ya a la misma ciudad, sino a su casa. Pero las cosas no son tan fáciles. Es verdad que yo no tengo aún tantas responsabilidades como ella, pero me he comprometido con personas a que estaría aqui, y yo, ese compromiso a estas alturas no lo puedo romper. Es cierto que no estoy del todo cómoda aquí, que me siento enjaulada... pero considero que he dado mi palabra, y que además, es una deuda moral el que yo esté de nuevo en casa. Quizá, dentro de un par de años... Le he dicho que no, con la amenaza de que si seguimos así, la distancia, las ausencias... habrá que dejar la relación (2 años ya de esta manera).

Pero por otro lado me encantaría irme a vivir con ella. Eso resolvería la crisis que llevamos arrastrando desde hace tiempo, o terminaría de rematarla, pero no seguiría así, cada dos meses debatiéndome conmigo misma, con mis "corpúsculos" internos.

Toda yo soy pura contradicción. Tengo los nervios y la mala leche a flor de piel. A veces, mejor ni hablarme, ni dirigirme una mirada. Me lo tomo todo a pecho, cualquier comentario que no es ni para mí. En fin, ¿alguna sugerencia?