El día amanecía con la resaca y el buen sabor de boca de un día pasado muy bonito y alegre. Al cabo de pocas horas, una llamada de teléfono hizo brotar la tristeza de todas las rendijas posibles de nuestros cuerpos. Este poema va dedicado a tí, aunque fué escrito para otra persona, pero sé que a ella no le importaría compartirla contigo. Estés donde estés, que sepas que fué un placer haberte conocido, te dejo con una foto del puerto que te vio nacer, y cuyas aguas te recojerán de nuevo.
RÉQUIEM PARA UNA DESPEDIDA
De repente, me sentí
inundada de tristeza, tristeza
más terrible que el miedo.
Miré a mi alrededor, y comprendí
que definitivamente te habías
marchado.
Se durmió el colibrí en
su rama; la rosa cerró sus
pétalos, el río cambió su
curso, mi corazón quedó
en profundo silencio.
ITACA (29/9/96)
Viajé a itaca a las 9 de Noviembre 2003 a las 05:54 PM