mi pequeña isla

Paseo, puesta al día, té y atropellos

Ayer recibí un mensaje de ua amiga de la infancia, que está de nuevo en la misma ciudad que nos vió crecer, al igual que yo, adaptándose al mundo de los adultos, a su casa, trabajo... Y aunque mi ciudad es de apenas 14 km cuadrados y como dice una amiga que no la conoce "sólo tiene 2 calles" exagerando mucho mucho mucho... no nos hemos visto en casi 4 meses que llevamos ambas aquí, hasta esta tarde.

Para variar -pues hay cosas que no cambian por más de 10 años que hayan pasado, desde que empezamos a salir juntas como adolescentes- ha llegado tarde. Quería que fuéramos cerca de la frontera a una tetería a tomar té. Así que le pedí el coche a mi padre, y fuímos. Pero no a la que yo conozco, sino a otra, que te sirven en el coche, así que me he sentido como "Los Picapiedras", tocando el claxón para que vinieran y pedir 2 "té". Eso sí, merece la pena estar en el coche, frente al Océano Atlántico, anocheciendo, y viendo cómo el mar chocaba con las rocas a nuestro pies y saboreando un té delicioso, con mucha hierba buena...

Primero nos hemos puesto al día de nuestra vida sentimental, que claro, como no sabe que entiendo, ha sido difiícil explicarle ciertas cosas (sabe que tengo pareja pero no su sexo, y aunque no creo que le importe, no me apetece explicarselo aún) sin definir sexo, pues hablo con palabras como "pareja" (nada de novio). Ella me ha contado cómo le iba con su novio. Las dos estamos en puntos del camino parecido, asi que nos comprendíamos.

Segundo, y más largo tema: cómo no nos adaptamos aquí de nuevo, nuestros hermanos, la convivencia, nuestros padres, trabajos...

Después del té, que por cierto, se habían olvidado y hemos tenido que pedirlos 3 veces... hemos puesto rumbo a uno de los miradores más bonitos donde se divisa toda la ciudad. Está en medio de la montaña. Luego, hemos bajado para otro de los miradores, más cercanos a la ciudad. Entre esto, he tenido que dar dos frenazos: un gato que se nos cruzó (no era negro, para los supersticios@s) y un perro suicida, que se ha quedado decepcionado cuando no lo he atropellado.

Pero después de estos sucesos, cuando más tranquila estábamos, de repente... Un OVNIR (Objeto Volador No Identificado ROJO) ha caido casi en el coche. Otro frenazo... Y es que delante de nosotras había un pizzero, y se le ha abierto el cacharro donde porta las pizzas en la moto (¿por casualidad no sería la calzone que me ibas a pedir no?, porque me he acordado de ti, y de tu mensaje que hacia escasos 15 minutos que lo había recibido). Hemos parado para recogerlo, pero mi amiga, a punto de bajar, se ha arrepentido, muerta de risa, diciendo que parecíamos unas atracadoras, yo esperándola con el motor encendido.

Hemos terminado la velada, en la puerta de su casa, con la frase: "vamos a repetirlo más veces" y para quedar para hacer fotos, afición común, así aprendo a manejar mejor mi cámara nueva. A ver si es verdad, que aunque sean pocas horas, es bueno comunicarse con personas que han sido importantes en tu vida. Gracias L.