mi pequeña isla

La eterna estudiante

Hace unos meses que terminé la carrera y me incorporé al mundo laboral. La cosa no es, sinceramente, ni de lejos, como yo me esperaba. He perdido muchas ilusiones por el camino. Hablando del tema con la que fué durante 6 años compañera de piso y una de mis mejores amigas, recordamos un texto que leímos en la Gaceta Universitaria a los pocos meses de conocernos, y que ella mantuvo en el corcho de las habitaciones de las casas por las que pasamos.

Esta tarde he ido a su casa. Tomando café con sus padres y ella, ha salido el tema, de nuevo, de cómo me siento de vuelta en casa, con el trabajo, etc... Y mi amiga, "V", me ha dejado el recorte de períodico de la Gaceta, que sigue manteniendo en su corcho. El final de mi historia no es como el de esta historia, no, no, no es del todo malo, pero no, no es como el de ella.

Hoy tengo una sensación extraña. Son las ocho y, como desde hace cinco años, me he levantado con un esfuerzo sobre humano después del apretado fin de semana.

Tomo el mismo café de todos los días, pero esta mañana es diferente: no voy a la facultad, ni siquiera al taller de redacción o las clases de inglés… Esta mañana tengo que ir a trabajar! Y cómo ha pasado el tiempo; sólo me quedan un puñadito de asignaturas para terminar la carrera y poco a poco voy a adquiriendo nuevas ¡¡¡RESPONSABILIDADES!!!...

En una hora estoy en el edificio donde me han citado. Nada más entrar por la puerta de la empresa, ya pongo cara de búfalo: ¡pero qué repollos son todos! Corbatas, tacones, perlas… ¿dónde se han creído que van? Después de cruzarme con cuatro señoronas que dejaban un rastro a prefume bastante desagradable, me prometo a mí misma coser el roto que llevo en la parte trasera de mis vaqueros. Incluso pienso en cambiar mis botas por otros zapatos que no hagan chirriar tanto el suelo (todo el mundo me mira).

Sigo avanzando por los pasillos y cojo el ascensor que lleva a mi planta, donde tengo que familiarizarme con el sistema de trabajo. Sólo llevo diez minutos y mi ordenador ha pitado dos veces, mientras la pantalla se inunda de errores, pero disimulo porque mi currículum decía que lo manejaba, al menos, a nivel usuario ¡Esto es horrible!, quiero ser pobre, pero feliz. ¿Dónde están aquellas partiditas de mus y las cañitas de la una? El tercer pitido me devuelve a la realidad.

Por fin, me llama el jefe a su despacho. Creo que he conseguido ofenderle por preguntar cuándo teníamos un descanso para desayunar: el tacto nunca fue mi mayor virtud.

Mis compañeros son recién licenciados y parecen simpáticos, aunque no es la facultad. Sin embargo, y tras unas horas de trabajo, nos bajamos a la cafetería. Si las cosas no van mal, después de las cervecitas, algún día hasta podremos echar unas cartas. Esto no va a ser tan malo.

La Gaceta Universitaria, 28 de octubre de 1996.
Autora: MAR SAIZ

Enfados absurdos

Hace escasos minutos, cenando, estaban viendo en la TV, mi padre y mi futuro cuñado sobretodo, fútbol. Mi madre, no se puede decir que le encante ese deporte, pero bueno, ha ido incluso al Santiago Bernabeu a ver un partido, así, que sabe lo que es un campo, unas gradas, una portería, el balón...

Cuando uno de los equipos ha marcado un gol ha salido el público, demostrando el amor a su equipo... Y mi madre ha formulado la siguiente pregunta:

- ¿Eso es un campo de fútbol?

Todos se han quedado callados, mirándola, y yo... como no!!!, para variar, con mi humor irónico que casi nadie entiende en mi casa, he contestado:

- No mamá, es el Palacio de la Zarzuela que se lo han dejado al Madrid...

Raro, pero hasta mi cuñado se ha reido. Mi madre... como que se ha enfado. Los pasos de su transformación son:

* Seriedad.
* Dejar de hablar.
* Mirada de mala leche o de odio, depende de la ocasión, como diciendo: al primero que hable me lo cargo.

Cuando me he percatado de su enfado le he dicho con la broma que mujer, que cómo no iba a ser un estadio... SILENCIO. Ni una mirada. Luego, al levantarme por la fruta, la mirada daba miedooooo. He preferido terminar y venirme por estos lares de la casa, a escribir el post... Nada, mañana se le habrá olvidado, o eso espero...

Bushido, El Camino del Guerrero

LA FELICIDAD ME ESTA ENSEÑANDO
QUE HOY NO SOY FELIZ POR QUE
ES QUE CUANDO TU NO ESTAS AQUI [...]
LA OBJETIVIDAD EMBUSTERA, MENTIROSA, TERCA Y SIN BONDAD
MURMURA FRASES ABURRIDAS
QUE AL FIN Y AL CABO SIEMPRE HABLAN MAL DE MI
Y SI TE MIRO Y SI TE SIENTO
Y SI ME ACERCO MAS A TI Y SI ME PIERDO
Y SI ME ENCUENTRO Y SI TE ACERCAS MAS AQUI
Y SI TE MIRO Y SI TE SIENTO

--------------- O ---------------

NO PIERDAS DE VISTA LA ESENCIA
QUE LA INDIFERENCIA NOS QUISO ROBAR
TE BUSCO EN EL COLOR MANGENTA
QUE TU IMPERTINENCIA BORRÓ AL PASAR
SERÁ QUE DIOS SE HA EQUIVOCADO AL PULSAR UN BOTÓN
SERÁ QUE A DIOS SE LE OLVIDÓ
TE BUSCO A TIENTAS Y
ME LOGRO AFERRAR A ESE HILO DE VOZ
HOY QUEMA EL SOL

Abrazo de amor de El Universo

Y estaba pensando yo (de vez en cuando que se me enciende una luz...), ¿cómo podemos describir un abrazo con palabras? Un abrazo... Pero no uno de esos que se dan por dar, no, un abrazo ABRAZO.

Uno de esos que te hace zozobrar;
Uno de esos que hace que te emociones y que tu alma llore de alegría;
Uno de esos que no puedes olvidar;
Unos de esos que llenan hasta rebosar tu corazón;
Uno de esos que te dan calor, amor, ternura, amistad;
Uno de los que te enamoran;
Uno a media noche, furtivo, inesperado;
Uno que hace que se ilumine la vida que te rodea;
Uno que se añora en los momentos difíciles;
Uno que tiene nombre y apellidos, pues es irrepetible e inimitable;
Uno de los que nunca escapas por más que quisieras;
Uno, que como el cuadro de Frida Khalo, ese que está arriba, parece que te lo dieran millones de personas sin razas ni sexo ni condición, el universo entero, que se paraliza un segundo para abrazarte, a tí exclusivamente;
Con sólo uno de esos abrazos el mundo sería mejor sin duda alguna.
Un abrazo.
Un abrazo...

¿De qué te arrepientes?

Hoy me siento algo nostálgica...

- ¿De qué te arrepientes? De algo que no hiciste, o que hiciste... De lo que dijiste o dejaste de decir... De lo que quisiste o no quisiste... De todo o de nada... ¿De qué, de qué te arrepientes? Supongo que la respuesta debiera ser que no se debe arrepentir una de nada, pues no es bueno perder el tiempo en algo que ya no tiene remedio. Pero en el fondo, me sigo arrepintiendo de algunas cosas. No le suelo dedicar mucho tiempo a esos pensamientos, pero mira por donde, hoy tengo un terrible dolor de cabeza, estoy tristona, escuchando canciones que me evocan un tiempo que nunca volverá y se me viene a la cabeza esta pregunta cogida de la mano de otras... Pero creo que será mejor dejarlo estar.

Muchas cosas que contar

Bueno, sé que llevo algunos días sin escribir, y ya me han dado un tirón de orejas, no sólo SOLA con eso de que parece una "Isla Desierta" (a veces me gustaría perderme en una la verdad, si la encontráis y me la queréis dejar un rato...). Sinceramente, me han pasado muchas cosas, pero no sé no por dónde empezar, y además, no quiero contaros a modo de diario mi vida.

Algunas pinceladas:
- "O" ha venido por fin a mi casa.
- Concierto de Ismael Serrano en Granada.
- Sábado y domingo en La Alpujarra.
- Lunes sin trabajar (eso de no hacer nada... se olvida pronto).

De todo esto...
- Darme cuenta con la presencia de "O" de que he cambiado en algunas cosas y tengo que meditar...
- Estar en medio de una conversación y ver cómo hemos cambiado tod@s. Tener la certeza de que ya ha pasado un tiempo que no pensaba acabado. Saber que me estoy haciendo "vieja", no sé si madura, no sé si responsable, no sé si mejor persona... Sólo sé que lo que antes era ya no lo soy, y que en el estado actual aún hay lagunas... (metamorfosis, pero no sé adónde me convertiré).
- Saber que añoro mi vida de estudiante.
- No haber tenido tiempo para disfrutar de la compañia de las personas especiales con las que fuí al concierto.

Se me agolpan las ideas, los sentimientos de estos últimos días en mi mente, en mi corazón, en mis dedos... pero no sé expresarlos. Lo siento.´

Una cosa más. A mis "gritonas" compañeras de concierto: TANTAS COSAS.
Disco: Los paraísos desiertos
Estreno: marzo de 1999
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano

Mar de Nubes

31/01/04 Bajando de Ronda a Marbella

GOTA EN TU PIEL

Esta mañana se me antoja ser gota en tu piel. Gota de rocío enamorada, cuando tú, dormida, respiras lenta y pausadamente.

Ser gota titilante que recorre cada poro de tu piel a su paso, como cortejo de un deseo que te conquista, en tus sueños más abstractos.

Quiero ser la gota que nace de la fusión de nuestras almas cuando hacemos el amor, tierna pero apasionadamente, y tu cuerpo, bañado en aceites y deliciosos perfumes se funde con mis manos, ávidas de ti.

Quiero ser la gota de lluvia que pasa sin fin de penurias, hasta que al final cae de una altura inimaginable, con la incertidumbre de su destino. Deseo ser la gota esa que cae sobre tus gafas, haciéndote reír o enfadar, dependiendo del día.

Quiero ser gota de un baño árabe, con su encanto y hechizo, para románticamente pasear por tu extensión, cuando relajada, te olvidas del hastío y los problemas.

Quiero ser gota de ese océano Atlántico, de esa playa donde Ítaca se hace de sueños cada verano. Y poder salpicarte, con mi sal de mar, tus pezones suaves. En ese mar que nos ve desnudas, abrazadas, entre sus olas...

Quiero ser gota de ese vaso que apaga la sed que tanto te seca. Quiero recorrerte por dentro, nacer en una de tus ideas y salir al mundo expresada por esa boca que me vuelve loca. Ser gota de tu saliva pasajera que se expresa en verso loco, esa gota.

Hoy, me siento tan parte tuya, y te siento tan parte mía, que sé que ambas compartimos gotas, de ese caldo primitivo que dicen que fué el inicio de la vida propia.

Quiero ser tu gota amniótica; tu gota de vida; tu gota sin más. Una gota gorda. Una gota huidiza. Una gota ligera a veces, espesa otras. Una gota. Una gota en tu piel sedosa. Una gota, entre tantas, con fortuna de nacer de tu lagrimal, y bajar por tu rostro hasta perecer en tu boca...

Hoy, lo que más deseo, es tenerte frente a mí, para poder ser gota en tu piel.