Supongo que los recuerdos son un compendio vago de lo que nuestros sentidos acumulan a lo largo de los años, que al final, es lo que llamamos vida. Podría definir los momentos más importantes de mi vida por el olfato, y sinceramente, no es de los sentidos que más desarrollados tengo.
Desde la infancia recuerdo olores, y cuando los huelo, me traen a la mente esos momentos y personas. Hay miles de ejemplos
- Ese olor a café, que aún hoy no consigo oler en un estado tan puro en ningún hueco de escalera, cocina o comedor, que hacía mi abuela y sobretodo mi tía abuela. Al despertar esos sábados de mi infancia en casa de ellas, recuerdo los haces de luz entrando por los agujerillos de la persiana, los ruidos de la cocina a esas horas tan tempranas, y el olor a café y tostadas. Así he amanecido muchos sábados, mientras se escuchaba de fondo La Ser radiar los números de la suerte del sorteo de la Lotería Nacional, mientras mi abuela, muy afanada ella, apuntaba con unos trazos perfectos, los números que iban cantando esos niños.
- El olor de las personas que han pasado por mi vida. Darle un abrazo a una amiga por ejemplo, y saber que ese olor es único e irrepetible. Casi podíamos tener un copyright de nuestro olor. Cada persona uno, inimitable, limitado Da igual que usemos la misma colonia, cada persona tiene su olor, y ese rasgo de su personalidad lo memorizamos en nuestras pituitarias para siempre. A veces, te han cogido de sorpresa por detrás y te han tapado los ojos. Y por mucho que toques con tus manos las suyas, la mayoría de las veces aciertas por el olor de esas manos
- El olor del mar. Ese sí que es único. Y ese lo sabemos bien las personas que hemos nacido tan cerca del mar como yo. Esas ráfagas que te sorprenden en una calle y hueles a corales, arena, sirenas, sal, algas, a caracolas Ese salitre pegado a la piel que llevaré siempre en mi nariz
- Otra cosa inolvidable es el olor de las personas a las que has amado y a las que amas. La primera vez que las bocas se aproximan y se tocan los labios, se unen las dermis, las lenguas, almas y olores. En ese justo instante te estás impregnando del olor de esa persona, y nunca te lo quitarás cuando es amor. Como inolvidable es la primera vez que hueles un sexo. Es curioso cuando te levantas una mañana, haces el amor, mientras el sol arroja entre las rendijas libres sus rayos, y los cuerpos se confunden, y tu sudor resbala por el cuerpo de la otra persona como si fuera propio, y el de ella por el tuyo, y de repente, al terminar, suspiras, inspiras, y huele a amor el habitáculo. Has sentido la excitación por el olor, has vivido, emanado y respirado ese olor a amor.
- Los lugares también tienen su olor propio. Cierro los ojos y huelo con la memoria los mercados de El Cairo, esas especias esparcidas en sacos de colores que me rodeaban ese verano, paseando por esas calles que probablemente no volveré a ver si no es en fotos, pues hay tantas ciudades y sitios por ver Al igual que puedo volar al antiguo taller de pintura, mezcla de disolventes, pinturas, colorantes, aguarrás, gasolina, brochas, humedad, agua O esa droguería antigua, con su olor típico y característico que no sé ni cómo expresar
- O esos olores que no ubicas con sitios ni personas, sino con momentos de la vida. Cómo explicarlo Algo así como que relacionas un olor con un instante: Una ruptura, una caricia, una canción
Hay tantos olores en mi vida que podría rellenar folios describiéndolos, pero definitivamente, no sería lo mismo como olerlos, y tampoco significarían lo mismo que lo que son para mí.
Viajé a itaca a las 7 de Junio 2005 a las 09:00 PMPues yo soy una persona tolamente olfativa, así que mi relación con los olores es epecial.. SObretodo me encanta cuando en un momenot determinado un olor te recuerda a cosas y personas del pasado; en ocasiones cuesta caer xo tienes un recuerdo en la nariz que al final acaba brotando... y si los olores de la gente a la que quieres se quedan siempre...
Besos
... ayer escuché las olas batirse contra tu isla... en klimt.
Viajó a Ítaca: imaginate at 4 de Julio 2005 a las 07:42 AM