mi pequeña isla

Quizás, en aquella cafetería te sentaste
a mi lado o en aquel autobús nos pisamos.
Pero seguimos, sin detenernos, sin sentirnos.

Quizás, sin querer, tropecé contigo
a la salida del cine, o rozamos nuestro
dedos entre empellones en un concierto
de verano. Pero seguimos, sin
detenernos, sin sentirnos.

Quizás en muchos sitios nos vimos;
nos bañamos en el mismo mar;
lloramos en los mismos brazos;
reímos en el mismo amanecer
y besamos bajo la misma Luna llena.
Paseamos los mismos paisajes,
y a la vez, suspiramos.

Quizá, la casualidad, destino,
azar o como quieras llamarlo,
hizo que nuestras vidas coincidieran
en un punto determinado.
Y nosotras, por fin, nos detuvimos,
nos miramos, nos sentimos,
nos encontramos...

(Ítaca, sentada en un aeropuerto, hace una semana, el 28/01/05)